Escalfant motors per a la gran jornada de demà, que es preveu multitudinària, compartim amb vosaltres una cançó de Rozalen que denuncia quelcom tan execrable como el maltracte i que a més porta un missatge de sentiment, ànim i suport per a totes les dones que el pateixen.
Una niña triste en el espejo me mira prudente y no quiere hablar
Hay un monstruo gris en la cocina. Que lo rompe todo. Que no para de gritar
Tengo una mano en el cuello. Que con sutileza me impide respirar
Una venda me tapa los ojos. Puedo oler el miedo y se acerca
Tengo un nudo en las cuerdas que ensucia mi voz al cantar
Tengo una culpa que me aprieta. Se posa en mis hombros y me cuesta andarPero dibujé una puerta violeta en la pared. Y al entrar me liberé
Como se despliega la vela de un barco
Desperté en un prado verde muy lejos de aquí. Corrí, grité, reí
Sé lo que no quiero. Ahora estoy a salvoUna flor que se marchita. Un árbol que no crece porque no es su lugar
Un castigo que se me impone. Un verso que me tacha y me anula
Tengo todo el cuerpo encadenado. Las manos agrietadas. Mil arrugas en la piel
Las fantasmas hablan en la nuca. Se reabre la herida y me sangra
Hay un jilguero en mi garganta que vuela con fuerza
Tengo la necesidad de girar la llave y no mirar atrásAsí que dibujé una puerta violeta en la pared. Y al entrar me liberé
Como se despliega la vela de un barco.
Desperté en un prado verde muy lejos de aquí. Corrí, grité, reí
Sé lo que no quiero. Ahora estoy a salvo…
També la podreu escoltar en aquest vídeo:
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